La razón ha bajado a templarse en las cálidas llamas del corazón. Como en un cristal, se ha mirado en ellas y, al hacerlo, ha visto resplandecer en su propio reflejo un fulgor tal que la sumiera en profundo embeleso. Ha encontrado, finalmente, el cauce de su río dirección y propósito, el sentido profundo de la existencia que en el mundo de los humanos, ha oído, llaman Amor. El corazón contempla complacido la escena y es entonces que, abriéndose paso hacia los labios, se pronuncia al aire y echa en vuelo la palabras como sutiles mariposas llevando el mensaje perdurable de la Vida...




Vestida de plenilunio, asoma serena su rostro y en las oscuras aguas del río se espeja mientras una multitud de ondinas copia su silueta que se escurre furtiva e inasible entre los crepitantes destellos que por ella velan ...




Su pálido resplandor trazó un sendero de luz 
en la parda negrura de las aguas 
y con delicadas hebras de plata 
labró la urdimbre de su hermosura 
en el seno mismo
 de la noche espejada...











Velada su preñez, a punto está de parir la luz de su vientre maduro. En tanto, en el mundo de los hombres, Nadie se asoma al balcón de su mirada, se prenda de sus argentinos destellos, como a ninguna le sonríe y, en silencio, la adora, mientras le canta su corazón enamorado...