Decía Kandinsky que la línea es un ente invisible, un punto que, rompiendo su estado de reposo, se lanza a vagar por un plano delineando un trazo. Quien traza tal trazo también es como un punto vuelto línea, rompiendo la monotonía del estatismo, reinventándose continuamente en un espacio sin orillas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario