No hay caminos largos o cortos, sólo hay... caminos.
Así, cada sendero se haya completo a cada paso y cada avance se convierte en la meta alcanzada. Poner expectativa en el arribo desdibuja la trascendencia del proceso que, en sí mismo, el andar es.

Que tus pies, guiados por tu intención y movilizados por tu voluntad, te sostengan y te lleven. Cualquier sitio arribado será el apropiado y te acercará a tu próximo aprendizaje.





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