¡Buen día, Vida ! Aquí, mi pulso acompasando cada huella, cada respiro, delineando el entramado de un destino hecho a medida. Como quien se hace a la mar, levo mis velas intuyendo el horizonte que, aún, no diviso, hecho, este navío, de la carne de Bella y Bestia pues, ambas sostienen el Divino Aliento que en mí habita. Donde cantan los ecos, donde el aire es nuevo y el viento silba su más bella melodía, hasta allí llegaré. Vestiré piel sobre piel y, ligera, me alzaré en vuelo hacia los mundos sutiles donde habitan intangibles realidades. Como la inspirada paleta del pintor, donde los opuestos complementarios encuentran su justo balance, renovaré mis colores, otorgándoles el brillo de la Luz que de lo Alto procede. Quizá, me vuelva, entonces, Estrella prendida en el Eterno Infinito...




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