Mientras la mente computaba "lunes 21 de enero de 2019, eclipse", Luna seguía su curso indeclinable, imperturbable, ante la concurrencia aglomerada alentando la expectativa creada entorno al evento, ajena a todo devaneo humano.
Infinitamente más que un show ocasional, que un fenómeno astronómico, perdurable, aún, cuando el entusiasmo de la gente comenzaba a decaer tras un rato de sostenida atención y volvían al rodeo protagónico los dimes y diretes del mundo.
Infinitamente más que un show ocasional, que un fenómeno astronómico, perdurable, aún, cuando el entusiasmo de la gente comenzaba a decaer tras un rato de sostenida atención y volvían al rodeo protagónico los dimes y diretes del mundo.
A través del ocular de mi SONY, así la observaba, también yo, sumergida en mis propias sombras...
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