Te invito a cerrar amablemente los ojos por un momento, a tomar un par de respiraciones suaves y profundas... exhalando lento... y, ahora, con la mente calma, elegir un propósito simple, ponerlo en una sola palabra y darle voz para que en vos resuene.
Allí donde repara la atención, hacia allí se dirige la energía de nuestra consciencia a materializar la realidad invocada.
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