Quienes viven cobijados bajo el cielo del norte, "tal vez", nunca hayan visto esta diadema que brilla en las noches del hemisferio sur.

Hace tan sólo un suspiro, algunos hombres, llamados por el poder imperial "adelantados", repararon en ella en medio de sus campañas de saqueo y conquista, dándole el nombre con que mayormente se la conoce, Cruz del Sur.
Sin embargo, los pueblos originarios de estas latitudes, esos que nacieron como un canto emergiendo de las entrañas mismas de la Tierra muy muy antaño (bastante más que un suspiro...), creyeron ver en ese puñado magnífico de luminarias y en sus entornos celestiales "la pisada del choike o surí o mañik, el ñandú cósmico", o la cruz escalonada, la "chacana", símbolo de la cosmovisión andina.

Más allá de toda interpretación, cada noche se alzan en la negrura orientando el camino del viajero.



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