Porque, de momento, las cosas se plantean del modo en que lo hacen, es necesario ver con claridad que la vida misma es devenir y que todo devenir involucra procesos circunscritos a una sabiduría intrínseca, razón por la cual resultan impostergables y no manipulables. 
En consecuencia, han de ocurrir por sobre todo, con o sin nuestro favor, y de la actitud que adoptemos dependerá el transitarlos con naturalidad o instalados en el dolor.
El sentido común invita, no sólo a no reñir con ellos, sino a acompañarlos con pleno conocimiento de que están conduciéndonos a un nuevo estado de conciencia. 
Finalmente, en eso va la experiencia humana...








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