En medio, por encima y abajo, a los lados, delante y detrás, la vida todo lo contiene, a través de todo se revela y penetra íntimamente en cada una de sus criaturas, palpitante. Ahora mismo, tu corazón late sincronizado con su pulso. Estás vivo porque sos la vida, indestructible. Y aún cuando, llegado el momento, tu centro cordial ceda su ritmo habiendo alcanzado la orilla de su proceso, seguirás viviendo en la luz, por la luz, siendo luz.




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