A veces y por ser tan habituales en nuestras rutinas diarias, son tantas las cosas, las circunstancias, las criaturas que pasan desapercibidas a nuestra mirada... Así, perdemos la oportunidad de saborear la riqueza de una Creación increíblemente asombrosa.

A mí me gusta rescatar lo cotidiano porque es allí donde encuentro la magia.




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